Conocí a Simona Cutipa durante la Ruta de Aprendizaje del FIDA organizada por PROCASUR en Perú del 17 al 23 de enero de 2010. Su vida, su historia y su trabajo me conmovieron y creo que merecen ser compartidos con otros hombres y mujeres y más en estos días que se brinda tributo a las mujeres en ocasión del Día Internacional de la Mujer. Vi como bordaba delante de una máquina de coser y me fascinó. Sus dedos se deslizaban sobre la tela con una precisión increíble, bordaba de memoria: pájaros, flores, plantas y otros adornos típicos de su cultura, del Valle del Colca, sin ningún dibujo que la ayudara. Los pianistas son apreciados por la maestría con que tocan el piano y entonces pensé por qué no brindar tributo a la maestría y el arte de Simona, la mejor artesana bordadora del valle del Colca. Simona nació en Coporaque, vive en Chivay con su esposo y tiene cinco hijos. Simona empezó a demostrar su talento desde pequeña pues le encantaba dibujar. Comenzó a bordar con 13 años. Sus padres hacían bordados antiguos achocha (bordados de flores). Simona se siente sumamente orgullosa de sus raíces, de su tierra y de su cultura y la mejor herencia que le dejaron sus padres, según ella, fue su cultura: “la cultura de mis padres estaba en un cofre”.
El proyecto Sierra Sur tiene por finalidad potenciar los recursos humanos, naturales, materiales, financieros y sociales de los hombres y mujeres que se dedican a pequeñas actividades agrícolas y no agrícolas en la sierra sur como forma de mejorar sus medios de subsistencia y promover la creación de oportunidades de generar ingresos. Uno de los mecanismos utilizados para el fortalecimiento de los mercados es la contratación de servicios de asistencia técnica por parte de los beneficiarios del proyecto. Fue así como Simona empezó a colaborar con el FIDA en el proyecto Sierra Sur como capacitadora o proveedora de servicios privados de asistencia técnica.Por un momento y ante la creatividad y el arte de Simona no pude resistir la tentación de entrevistarla durante unos minutos, a pesar de no ser una periodista.
A mi pregunta de qué había significado para ella y su familia haber participado y ganado un concurso de asistencia técnica del CLAR (Comité Local de Asignación de Recursos), Simona me contestó: “Yo me he presentado así cuando hicieron llamar por la radio. Dije: ‘voy a ver, voy a ver’. Varios se presentaron. Dentro de ellos aprobaron para mí y mi persona. Económicamente me ha ayudado bastante pues comencé a ganar un poquito más. Cuando me eligieron comencé a dar cursos. Mi fin eran ya ellos. Me dije: ‘voy a enseñarles a ver si algún día llegan a exportar siquiera un monedero o una cartera’. Una vez que aprendan ellos y ya se pueden enlazar en ese negocio”.Simona, ¿qué sintió en ese momento cuando ganó el concurso de asistencia técnica? ¿Qué impacto tuvo en su trabajo como bordadora y capacitadora? ¿Qué impacto tuvo en acrecentar su autoestima y en aumentar los ingresos de su familia?
Los ojos de Simona se iluminaron y, sonriéndome, me contestó: “Para mí ha sido una alegría poder enseñar a un grupo de mujeres. Las mujeres en realidad estamos en la casa no más. Los hombres a veces trabajan y son machistas por el hecho que ellos trabajan y nosotras en casa no más. Yo siempre he pensado cómo se podía reunir a las señoras para yo enseñarles pero no tenía esa oportunidad, pero ahora con Sierra Sur ha habido pues y estuve alegre. Estuve alegre para que ellas pudieran obtener y llevar para la casa como yo lo llevé y ya en la casa ya tienen lo suficiente y ya pueden comer fruta que antes no se podían comer”.
Por lo que me dice, Simona, su trabajo ha tenido un impacto positivo en la alimentación de la familia, ¿es así?
“Sí, en la alimentación de la familia. Eso es como un pan de diario el arte que tengo.”
Y ¿cuál fue la reacción de su familia, de su esposo, ante su trabajo de capacitadora? ¿Estaban contentos?
“Sí, él estaba contento, también mis hijos contentos. ‘Enséñales, mami, que tienen que aprender’, me decían. A veces me tocaban en las temporadas bajas hacer cursos entonces no hay negocio. Entonces mi familia ya tenía para vivir y mejoró, mejoró.”Simona, ¿y cómo ve su trabajo la Comunidad del Valle del Colca?, ¿cómo la ven, la aprecian?
“Bueno, la mayoría me aprecian. Antiguamente no se vendía, y ellos vendían su tostadito, su tunita. Entonces yo veía una vez que fui abajo, dije por qué no les dejo mi ‘arte’. ‘No tenemos plata’, nos decían. ‘Yo misma con mis manos, si no tienen plata, yo les dejo. Vénganse 15 días y en 15 días me lo traen.’ Entonces así sucesivamente les he dejado a las señoras la artesanía para que se vendan (¡hasta hamacas!) y después de vender me devolvían el dinero. Así hemos podido mejorar. Para mí eran felices, ¿no?, porque ellas también que se lleven algo y también va a llover para mí y también he abierto un mercado en Yanque. En Yanque no había ni un artesano. Entonces yo fui a Yanque, dicen que hay turismo. ‘Mejor en la madrugada bajo, agarro un taxi con mi máquina. Bajo y me pongo a vender, y así que me ven las señoras, ellas también van a hacer esfuerzo para que se venda.’ Me fui de viaje a España y cuando regresé de España donde estuve en una fiera, ya había tres señoras vendiendo artesanía en la Plaza de Armas en Yanque. Ya ves.”
Simona, cuénteme qué le parece: ¿cómo percibe usted y su comunidad el trabajo del proyecto Sierra Sur?, ¿con el proyecto han ganado las mujeres?
“Para mí está muy bien, Sierra Sur está bien porque ha entrado en buena hora y ahora las señoras ya trabajan, ya llevan algo a la casa, ya tienen su entrada, y tienen ya para decir, acá yo también tengo mi parte, pongo mi parte. Y ha sido bueno porque yo realmente me he dado cuenta que hasta para mí, para todas ellas ha sido bueno. Ha sido bueno.”
Simona, ¿y ha tenido un impacto también en, digamos, en el presupuesto de la familia, para la comida, educación y salud?
“Si, en la salud, hasta ahorros. Yo también estoy en el grupo de las mujeres ahorradoras. Entonces ha sido bueno. Todas saben bordar y aun así no estamos llenando el mercado. Porque hay muchos. Toditos ya saben. Todo el Valle ya sabemos, porque antes en esta parte alta no sabían nada, no sabían nada. Para mí no hay competencia, no disminuye mi trabajo.”
Simona, por último: ¿hay alguna cosa que le gustaría hacer o que le falta por hacer? “Sí, como yo podría enseñar a los niños en la escuela. O sea, desde niños ya uno debe de aprender para que no se pierda esta cultura. Esa es mi meta que tengo, porque hay niños también que quieren aprender.”
Elizabeth Farmosi
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