
Hay diferencias de percepción entre los jóvenes urbanos y rurales, también entre chicas y chicos, entre países y colores de piel pero todos parecen coincidir en que quieren ser escuchados, bien tratados y tener igualdad de oportunidad para acceder a la modernidad, al ejercicio de sus derechos y al desarrollo de sus propias iniciativas económicas y culturales.

- a plena ciudadanía ( documentos de identidad individuales, personerías jurídicas colecticas , reducción de trámites y costos para formar asociaciones, empresas y ampliar sus emprendimientos)
- a co- financiamientos para sus perfiles y planes de negocios
- a servicios de telefonía celular e internet a costos razonables
- a pasantías, viajes de aprendizaje, entrenamientos in situ, etc.
- a fortalecer sus organizaciones y generar redes auto gestionadas
y seguramente muchas cosas más. Como de hecho ya lo vienen haciendo varias operaciones del FIDA en la Región a pequeña escala. Para pasar a una escala mayor, más relevante, el primer paso será escuchar y entender bien sus enfoques y propuestas, apoyarlos en construir sus innovaciones e instituciones, co financiar sus iniciativas, atraer a otros socios que faciliten los accesos a lo que el FIDA no pueda tender y compartir con ellos los crecientes riesgos que significa hoy ser campesino, pobre, discriminado y joven.
R. Haudry de Soucy
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